junio 04, 2012

Pensemos el futuro (1ra parte).


Gobierno sin gestión es solo corrupción
El problema del transporte en nuestro país es un tema grave del que nadie quiere hablar pero del cual muchos hacen un lucrativo negocio.
Negocio este que se encuentra en las antípodas del bien común, unos 7500 muertos durante el año pasado cifra que seguramente superaremos este año, es más o menos como tener todos los años 10 guerras de Malvinas y tal como aquella el flagelo del transporte se nos lleva preferentemente a los más jóvenes. La cifra nos habla de la magnitud de la sorda catástrofe que estamos sufriendo.
Sería fácil decir que estas muertes se producen por la fatalidad y que nadie sale beneficiado con ellas, pero esto no es así.
Si bien gran parte de las mismas se deben a la imprevisión y a la falta  de controles de un estado ausente, ese mismo estado que se rasga las vestiduras cuando habla del tema y  gasta millones en campañas que si bien son mejor que nada son  eso nada más.
A la catástrofe que significan estas 7500 muertes hay que sumar los desproporcionados gastos que hacemos para transportar nuestra cosecha a puerto y todos los demás transportes que realizamos para mantener funcionado nuestro país.
El total de cargas por carretera que se transporta en nuestro país es de más o menos unos 2 GTkm . es decir un 2 seguido de 12 ceros si tomamos un valor medio de 30 centavos por tonelada kilometro estamos hablando de 600.000 millones de pesos de los cuales haciendo un cálculo conservador nos podríamos ahorrar la mitad.
¿Se imaginan lo que se animaría a hacer la Cris si dispusiera de una caja así todos los años?
En resumen el transporte nos consume todos los años 7500 vidas humanas mas 600.000 millones de pesos debido fundamentalmente a la irracionalidad en la que  lo efectuamos.
Para tener una idea más cabal  de lo que estamos hablando el total de nuestra enorme deuda externa es de 1.200.000 millones de pesos, lo que podríamos ahorrarnos con un sistema de transporte medianamente racional seria nada más y nada menos que ¼ de ese valor.
Es decir con lo que ahorráramos si quisiéramos podríamos pagar la deuda en 4 años.
Lo que enunciamos aquí es el problema, la siguiente pregunta es quién se beneficia con esta catástrofe?
En nuestro país existen dos beneficiarios directos de la misma que son los fabricantes de motores de combustión interna y los fabricantes de automóviles.
Tanto unos como otros se benefician de la irracionalidad del sistema y nada  tiene que hacer para ello siga ocurriendo, para eso están los políticos los cuales simplemente no tiene idea del problema y por acción u omisión simplemente permiten que pase.
Continuaremos hablando del tema.
CNST

ACTOS DEL TREN
Charla sobre TBA y el futuro de nuestros Ferrocarriles
Esmeralda 288  4to Piso
Lunes 4    19 hs
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.