mayo 26, 2009

LOS USUARIO NO VEN UN MEJOR SERVICIO

LA NACION permanece en el andén de la estación Temperley junto a miles de pasajeros que esperan el tren rumbo a Plaza Constitución. Las caras de resignación se imponen entre los viajeros. Llega el tren, y todos adentro. El andén queda vacío. El tren, lleno hasta no poder más.
Estación REMEDIOS DE ESCALADA - Foto. Rodolfo Risciotti
LA NACION recorrió la formación de punta a punta, entre apretujones y disculpas, para comprobar si el servicio mejoró desde que es estatal y si la labor de los empleados ferroviarios que ayudaron a la puesta en valor amerita un desembolso de alrededor de $ 85 millones.“¿Considera que el servicio mejoró en los últimos dos años?”, se le preguntó a Jorgelina, estudiante de ciencias económicas. La joven, que hacía equilibrio para no caerse mientras sostenía los apuntes con una mano y con la otra cuidaba la cartera para que no hubiese ninguna sorpresa desagradable, miró desorientada. “¿Me estás cargando? -contestó-. Viajamos como vacas.” Así empezó la recorrida de la formación. Y las opiniones son coincidentes: se viajaba mal en épocas de la concesionaria privada Metropolitano, y se viaja mal ahora. No ha desmejorado el servicio, pero tampoco ha mejorado. “¡Qué se yo! Mirá lo que es esto. Si esto es viajar bien, yo soy estrella de rock”, contestó otro joven, Ricardo Astumidez, que poca pinta de músico tenía y sí mucha de obrero de la construcción. Susana, una señora de unos 50 años, iba rumbo a su trabajo, en una casa de familia. “Hace 15 años que viajo y no noto la diferencia. El amontonamiento sigue y todos los días hay retrasos”, dijo.Así se repitieron las respuestas: no hay mucha diferencia entre ambas gestiones en cuanto al servicio. Sí refirieron algunos que hay formaciones remozadas, no nuevas, y que “por lo menos tienen todos los vidrios”. En Plaza Constitución, el movimiento es impresionante, como todos los días hábiles. “¿Cobró una compensación complementaria este mes?”, preguntó LA NACION a un empleado enfundado en pantalón y camisa azul con el logo de la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe), que controla los ramales estatales. “Es un pago del sindicato. Me viene bárbaro”, contestó. Y perforó el boleto. (Fuente: La Nación Extraido de Cronica Ferroviaria)