febrero 01, 2010

TUCUMÁN: LA PROMESA FERROVIARIA INCUMPLIDA

Se han cumplido 15 meses desde que la Presidenta de los argentinos anunciara que, luego de más de 30 años, el tren volvería a rodar entre San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo.

El coche motor “Apolo”, traído de España, hizo un viaje simbólico el 18 de junio de 2009, diez días antes de los comicios de renovación de diputados y de senadores nacionales. Desde entonces transcurrieron siete los meses sin que la promesa oficial se haya hecho realidad.

Se hicieron varios anuncios acerca de la puesta en marcha del servicio, pero en noviembre pasado, el subsecretario de Transporte Ferroviario de la Nación no precisó una fecha y sólo habló de concretar el proyecto a muy corto plazo.

Mientras tanto, se movilizó a toda la comunidad taficeña, entusiasmada también con el anuncio del Poder Ejecutivo Nacional de que en Tafí Viejo se repararan 10 vagones por mes. Los taficeños se aferraron a ambas promesas y soñaron con alejar para siempre viejos fantasmas que llevaron desocupación y desasosiego a esa población desde que 1995 los talleres ferroviarios dejaron de funcionar.

Tras las primeras reacciones, se erigió una plaza con merenderos y juegos para chicos, se restauró el puente peatonal que une la estación con la Villa Obrera y se iluminó el predio, todo volvió a quedar como antes.

La pasarela peatonal que une la estación con la Villa Obrera está deteriorada, en consecuencia los vecinos cruzan por las vías. Los asaltos no tardaron en suceder; los delincuentes se escondían en los vagones estacionados para atacar a las víctimas. Lo cierto es que muchos taficeños están desencantados con la nueva frustración. “Lo del tren era todo mentira, pero no fue un desengaño porque los taficeños estamos curados ya de esas promesas políticas. Ahora que se vienen de nuevo las elecciones, seguro volverá a aparecer el tren”, resumió una vecina de la Villa Obrera el sentimiento de muchos.

Funcionarios del Poder Ejecutivo dijeron que para que el tren circule, deben resolverse cuestiones de seguridad. Ferrocentral, la firma que se haría cargo del servicio y que opera el ramal Tucumán-Retiro, exige garantías para circular: tanto por el mal estado de las vías por los años de desuso como por la necesidad de custodia policial durante el recorrido.

Son muchas las familias que se han asentado a la par de las vías y duermen al lado de los rieles. Le han pedido al Gobierno que los trasladen y que les den viviendas dignas, pero aseguran que hasta ahora todo fue una promesa. Da la impresión de que el Poder Ejecutivo esperará a que circule el convoy para ver qué solución les brinda a estos comprovincianos que, por esa razón, también desean con fervor su funcionamiento.

Tal vez el mejor ejemplo del interés y de la situación real del asunto con la imagen que publicamos hace unos días del coche motor “Apolo”, en la playa de la estación Central Córdoba, a la intemperie, soportando el rigor climático y deteriorándose junto al resto de los vagones.

Más allá de que otras provincias soportan también la ingratitud de estas promesas ferroviarias, un punto que hace tambalear mucho más este anuncio es que no se ha hablado en ningún momento de una política ferroviaria a nivel nacional ni provincial. Tampoco se han difundido estudios de costos que permitan visualizar cómo se sostendrá económicamente el convoy. Se desconoce si el servicio competirá con el ómnibus o tendrá fines turísticos. Son muchos los interrogantes y escasas las respuestas hasta el momento.

Creemos que es una actitud muy cruel entusiasmar a toda una comunidad detrás de una promesa que parece cada vez más lejos de cumplirse, profundizando un sentimiento de frustración que ya ha cumplido 31 años.(Fuente: Editorial Diario La Gaceta)(Extraido de Cronica Ferroviaria)