Los maquinistas dicen que varios tramos están en un nivel
de riesgo de accidente nunca antes alcanzado. El Gobierno sigue sin ponerle
fecha a la vuelta del servicio.
Fuente y Fotos: Clarín
Había gran expectativa de que "el marplatense”, el
tren que va de Buenos Aires a La Feliz y lleva 16 meses parado, volviera a
rodar para el inicio de esta temporada. El regreso se había anunciado para
diciembre. Pero el ramal resultó estar en peor estado de lo que se pensaba. Los
maquinistas ahora alertaron que más de la mitad de las vías siguen
"intransitables" y el Gobierno aún no se anima a confirmar cuándo se
reanudará el servicio.
La conclusión parece clara: por segundo verano seguido,
el medio más barato para llegar a Mar del Plata seguiría vedado para los más de
20.000 turistas que lo usaban cada mes. Y la gente deberá seguir usando los
ómnibus, cuyas tarifas no bajan de $ 550, más del doble de lo que valía la
opción ferroviaria.
A fin de año, en un comunicado, trabajadores del ramal
agrupados en la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles
advirtieron que “los recientes informes técnicos son contundentes al señalar la
intransitabilidad” de las vías". Afirmaron a su vez que el servicio, en
caso de reanudarse, funcionaría con "riesgo de accidentes a un nivel nunca
antes alcanzado", poniendo en peligro la vida de los pasajeros.
Según precisaron, hay 204,5 kilómetros de vías -cerca de
la mitad- que "en su estado actual no pueden ser utilizados". ¿Por
qué? Durmientes rotos, dañados o en falsa escuadra y mal funcionamiento de
señales son algunas de las causas, así como rieles rotos, defectuosos,
desnivelados y desalineados. También dijeron que falta visibilidad en pasos a
nivel, que escasean carteles de indicación y que hay puentes "reparados
precariamente, apuntalados con durmientes".
Según los delegados, los problemas se dan incluso en
áreas donde hace muy poco se habían realizado obras. El caso emblemático es que
14.410 durmientes de hormigón prensado comprados por el gobierno anterior, en
2014 y 2015, ya están "fisurados", lo que dejó esos tramos
"reparados" peor que antes.
El servicio, que une la terminal porteña de Constitución
con Mar del Plata, dejó de rodar en agosto de 2015, tras varios
descarrilamientos y problemas técnicos. A mediados del año pasado, el gobierno
bonaerense le cedió a la Nación el ramal.
El 20 de noviembre, el Ministerio de Transporte empezó
las pruebas técnicas para chequear las condiciones del tendido. Fue con la
promesa, en boca del titular de la cartera, Guillermo Dietrich, de que "el
tren finalmente volverá a funcionar en diciembre".
Pero todo se fue retrasando y ahora, ante la consulta de
Clarín, en Transporte no se animaron a confirmar que el ramal pueda ser
reactivado este verano. "Se están haciendo pruebas para certificar la
calidad y la seguridad del servicio", se limitaron a decir.
Lo que sí aseguran, contra la posición gremial, es que la
vía está "transitable de manera segura". "El tren puede circular
-indicaron-, aunque por el estado de la infraestructura, en algunos tramos debe
hacerlo a velocidades precautorias. Es decir, a bajas velocidades, que en
algunos tramos no superan los 12 km/h."
En cuanto los durmientes fallados, afirman que se inició
un plan para reemplazarlos totalmente. Y destacan que hasta ahora llevan
invertidos $ 1.300 millones para renovar más de 200 kilómetros de vías y hacer
obras como la construcción de un nuevo puente sobre el Río Salado.
Con nueve vagones, la formación que hace el recorrido
tiene capacidad para 560 pasajeros y es prácticamente nueva: se había traído de
China y llegó a usarse poco más de cinco meses. Pero muchas vías siguen
obsoletas. Por eso, en cuando al fin se reactive el servicio, el recorrido
podrá demorar poco menos de siete horas.