No es novedad que la administración de la empresa
provincial Ferrobaires haga como los tres monos tradicionales de origen
japonés "san saru" (Mizaru,
Kikazaru, Iwazaru— significan «no ver, no oír, no decir», sin especificar lo
que los monos no ven, oyen o dicen. Tradicionalmente se ha entendido como «No
ver el Mal, no escuchar el Mal y no decir el Mal»; el dicho tuvo su origen en
la traducción del código moral chino del santai, la filosofía que promulgaba el
uso de los tres sentidos en la observación cercana del mundo observable).
Esto se debe a que la gente usuaria del tren de pasajeros
que unía Plaza Constitución - 25 de Mayo - Bolívar, conjuntamente con la
Municipalidad de 25 de Mayo, se haya cansado y agotado de gestionar ante la
empresa Ferrobaires la puesta en servicio del itinerario que hace ya mucho
tiempo ésta dejó de prestar por inconvenientes, generalmente, en el mal estado
de la infraestructura de vía y también por falta de material tractivo.
Por tal motivo, el Municipio de 25 de Mayo inició un
expediente en la Subsecretaría de Transporte Ferroviario de la Nación como en
la SOFSE, donde “Se está tramitando en la Sociedad Ferroviaria Operadora del
Estado, organismo que deberá disponer el otorgamiento de una o más formaciones
aptas para circular por estas vías. Hemos cumplido con todos los pasos
procesales y el expediente está en la Gerencia de Operaciones, estamento que
debe resolver” anticipó la secretaria de Gobierno, Julieta Masagué, al diario
La Mañana.
Esperamos desde Crónica Ferroviaria que dicho expediente
no duerma el "sueño de los justos" en algún cajón de la oficina
gubernamental donde fue presentado, y resuelvan la solicitud que desde hace
tiempo están realizando los muchos usuarios que tenía ese tren de pasajeros.
Que no sea sólo el AMBA el único privilegiado de poder
viajar en el medio ferroviario. El mal llamado "Interior" del país
también existe y necesita de dicho modo de transporte.