Gobierno sin gestión es solo corrupción
El 23 de septiembre de 2011, hace un poco menos de un
año, llegaba a una remota ciudad de Uruguay el tren internacional.
Había sido anunciado con bombos y platillos por la Cris y
aun embarcaron en la Jugada al presidente de Uruguay, el cual no quedándole
otra alternativa dio el si a un proyecto por demás vidrioso.
Recordemos que en la época de FA teníamos trenes tanto a
Uruguay como a Paraguay.
Lo de Uruguay era más difícil debido a las idas y venidas
de este país en materia de ferrocarriles, pero después de construir la represa
de Salto Grande durante muchos años hubo un servicio ferroviario hacia Montevideo.
El negocio, perdón quise decir el servicio, se planteo
como una punta de lanza de la empresa TBA de llevar a Uruguay el mismo tipo de
negocios que venía haciendo en esta orilla del Plata.
TBA/gobierno argentino le prometieron el oro y el moro a
los charrúas, entre otras cosas reconstruirles el ramal entre Salto (ROU) y las
termas de de ARAPEY.
Los Uruguayos que se ve nos conocen bien, le dijeron que
si, que no había problema que un tren argentino entrase en Uruguay hasta donde pudiese siempre y cuando
no interfiriera con el negocio de la carga, principal y única fuente de
ingresos de la AFE (administración de ferrocarriles del estado).
Estaba fresca todavía en la memoria de los uruguayos la
experiencia que habían tenido con otra de las empresas “ferroviarias”
argentinas, en aquel caso la extinta Metropolitanos que había incursionado en
el servicio de trenes de cercanías de Montevideo con final poco feliz, pero esa
es otra historia.
Antes de la salida la habían hecho hablar a la Cris, la
cual no diremos que dijo las pavadas de siempre pero más o menos y resalto la
importancia del reencuentro ferroviario con los Uruguayos, que recuperábamos un
tren que hacía más de 20 años que no funcionaba etc.
Finalmente llega el esperado 23 de septiembre y sale el
primer tren, ya se vio ese día que la criatura no era lo que se esperaba.
El tren que usaron para el servicio era uno de los tantos
equipos usados que Jaime había comprado a precio de nuevo en Europa el cual se
usaba en un recorrido local de no más de 40 minutos de viaje, sus asientos
duros y no reclinables no daban para más.
Como cualquiera que haya ido a Europa sabe, en general
allí hace más bien frio que calor y cuando digo frio digo mucho frio, es por
ello que el equipo de aire acondicionado era bueno pero hasta allí nomas.
Septiembre es un mes cálido en nuestro país y en Uruguay
y en los primeros viajes la cosa anduvo bien, claro los primeros viajes se
llenaron con ferroaficionados que hacían el viaje no para ir a Uruguay sino más
bien para pasear en tren, pero un paseo de poco mas de 1000 Km demoraba casi 24
horas, era demasiado aun para los más férreos aficionados,
Con enero llego el calor, con el calor los problemas,
como bien lo sabían los operadores del Gran Capitán.
La falta de mantenimiento hace que los calores de la
Mesopotamia hagan estragos en las descuidadas vías del ex Urquiza y es así que
en los primeros días de enero nuestro tren sufre el primer descarrilamiento casi
llegando a Urdinarrain.
Para ese entonces el numero medio de pasajeros oscilaba
entre 20 y 25 por viaje, no hace falta ser muy inteligente para darse cuenta
que con eso no pagaban ni el Gas Oil .
Ya los ferro aficionados habían pasado y los pasajeros
reales que quisieran soportar un viaje
entre ningún lado y ningún otro que duraba 24 horas escaseaban, si miramos un
mapa de Uruguay nos costara encontrar Paso de Los Toros o deberemos tener un
mapa de adecuada escala para encontrar un pueblo de no más de 3000 habitantes
perdido en la pampa charrúa, calculo que lo mismo le debería pasar a los
Uruguayos que buscasen Pilar en nuestro mapa.
Llegado este punto TBA ( es decir los inefables hermanos
Sirigliano) deciden al mejor estilo vernáculo manguear al gobierno Uruguayo
pidiéndole un subsidio, no logran encontrar en Uruguay al equivalente de Jaime
y además de decir públicamente que en Uruguay soy Uruguayos y no otra cosa como
por estas márgenes del Plata y que allí no hay subsidio para ningún tren y menos
si es privado y acto seguido le recuerdan a los chicos de TBA las promesas de
obras a realizar en aquellas tierras, recordemos el ramal a las termas de
ARAPEY.
La cosa no cerraba y se decide terminar el tren en Salto
(ROU) estamos ya a 23 de marzo.
Hasta aquí el tren había hecho más o menos unos 25 viajes
a razón de uno por semana.
TBA tenía los mismos problemas y los mismos pasajeros que
el gran Capitán, por lo menos hasta Salto Grande, es por eso que en un último
manotazo de ahogado a través de sus influyentes amigos, léase aquí al
subsecretario de transporte Ferroviario, entre otros, le pinchan el globo a TEA
para quedarse con su tráfico.
Pero la cosa sigue sin funcionar, el Gran Capitán salía
de Lacroce no de Pilar y lleva a su bordo un gran furgón donde los pasajeros,
en general gente de bajos recursos trae y lleva de todo, lo cual es la esencia
del tren.
En cambio en el paquetisimo tren de los Sirigliano no
había furgón y encima los asientos no se reclinaban pero el tiempo de viaje era
más o menos el mismo lo cual llevo a que muchos de estos pasajeros decidieran
aventurarse por otros medios.
Luego vendría lo de Once y hasta aquí llego la historia,
hoy no está ni el tren internacional ni el Gran Capitán y la angurria de TBA dejo a la vera de la vía
a miles que este tren les servía y les mejoraba la calidad de vida.
Ahora le toca al sub secretario con nombre selenita
destrabar el asunto o irse por inútil.
CNST