Gobierno sin gestión es solo corrupción
La URSS ha sido sin duda uno de los mayores logros
históricos de la clase obrera en el mundo, pero como todas las cosas este
colosal proyecto social tubo además de infinidad de aciertos ciertas fallas
sistémicas que deben ser estudiadas para evitar, si queremos recrear el
socialismo caer en los mismos errores.
Cuando hablamos aquí de estudiar, nos referiremos a
conocer los problemas que allí se
originaron y a formular variantes que nos lleven a resultados más felices, y no
a recitar como loros las consignas que en aquel momento formularon los lideres
de esa revolución, y al mismo tiempo condicionar esas estrategias a nuestra
realidad e idiosincrasia.
Creo sin duda que las dos principales fallas sistémicas
de aquella sociedad fueron no lograr una motivación plena en el ciudadano medio
que llevaron a una sostenida baja en la calidad de los productos que elaboraban
desde cueritos de canilla a costosos ingenios espaciales.
A pesar de los grandes esfuerzos que aquella sociedad
realizo en este sentido nunca pudo llegar del todo a formar al denominado
hombre nuevo, aquel que mantenía su motor mental impulsado por el bien común y
no por el egoísmo personal, viejo motor del sistema capitalista.
La segunda falla de aquel sistema fue la de no haber
impulsado la democracia, de pasar de un gobierno de soviets, es decir asambleas
de pueblo a un gobierno prácticamente autócrata dirigido por una camarilla de
primero sacrificados dirigentes y finalmente de elegantes burócratas que
llevaron al fin la experiencia del gobierno de los trabajadores soviéticos.
Varios autores y dirigentes señalaron la desviación, que
otros justificaron por las necesidades que la guerra impuso al pueblo Ruso
primero y Soviético después.
Cada uno de esos dirigentes fue salvajemente perseguido y
reprimido, destacándose entre ellos la figura del gran Leon Trotski.
Todos ellos señalaban que la única forma de evitar que la
revolución muriese era mantenerla encendida a través de la permanente consulta
democrática.
Muy lejos de ello la cúpula Stalinista se apoltrono en
los cómodos sillones del poder e hizo y deshizo a su antojo, provocando entre
otros males una persistente apatía y desinterés en amplios sectores de su
pueblo.
Hoy, nuestra presidenta, se asoma tímidamente, empujada
mas por el espanto que por la convicción a los difíciles caminos de la
construcción del socialismo, un socialismo extraño a las teorías clásicas que
más se parece al proyecto de su colega Bolivariano que al pensamiento del gran
Carlitos.
Un modelo de socialismo que tiene todavía, a mi entender,
muchos resabios del pensamiento del otro carlitos, ese otro carlitos no prófugo
por esas cosas de los privilegios parlamentarios.
Pero como sea, y ahora diciéndolo con todas las letras, y
por cadena nacional, lentamente nos
encaminamos a poner en práctica ese socialismo tan especial y con un gran sabor
latinoamericano, donde las recomendaciones de Fidel aconsejan no expropiar,
pero la realidad muestra que no es posible avanzar si no lo hacemos.
Un socialismo muy particular donde conviven auténticos dirigentes sociales como Milagros
Salas con Play Boys de pura cepa como nuestro actual vicepresidente.
El actual rumbo no ha sido pasado por alto por muchos
sectores y la sacrosanta clase media que es obrera, porque trabaja y que en la mayor parte de los casos no es dueña de sus medios de producción,
definición marxista de un obrero, pero que se considera a si misma como una especie de casta privilegiada y
aparte, prepara para el jueves próximo
una gran cacerolada a nivel nacional como respuesta a esta nueva y explicita
ruta presidencial.
Desde nuestro lugar en cambio preferimos que nos corran
por izquierda y que lleven a la práctica lo que hace mucho que venimos
pregonando para nuestros ferrocarriles, una empresa estatal dirigida
democráticamente por sus trabajadores y usuarios. Tal cual lo hicieron con el
salario universal por hijo, la nacionalización (parcial por lo menos) de YPF,
la recuperación de Aerolíneas y tantas otras cosas que pedidas por la oposición
este gobierno se animo a llevar a cabo.
CNST